En la vida ocurre como en el ajedrez. En ambos hacemos un plan, pero queda absolutamente condicionado a lo que en el ajedrez quiera hacer el contrincante y en la vida el destino. Las modificaciones que surgen tras ello son con frecuencia tan importantes que nuestro plan, al realizarse, apenas es reconocible salvo en algunos rasgos básicos.
Arthur Schopenhauer. El Arte de ser feliz