La multitud es ignorada por los hombres del gobierno, por los burócratas provincianos y de las ciudades. La multitud en cuanto compuesta de individuos, no en cuanto pueblo, ídolo de las democracias. Aman el ídolo, hacen sufrir al individuo. Son crueles porque su imaginación no imagina el dolor que la crueldad termina por despertar. No saben cómo imaginar el dolor de los demás, por eso son innecesariamente crueles.
Antonio Gramsci. Odio a los indiferentes