La economía nos ha contaminado. Tenemos miedo. Deseamos evitar toda alienación y toda dependencia de otros, vivimos en un mundo en el que el mayor lujo consiste en conseguir medios de evitar a los demás.
Bernard Maris. Houellebecq economista
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
La economía nos ha contaminado. Tenemos miedo. Deseamos evitar toda alienación y toda dependencia de otros, vivimos en un mundo en el que el mayor lujo consiste en conseguir medios de evitar a los demás.
Bernard Maris. Houellebecq economista
El artista no es ni útil ni inútil; está realmente en otra parte, fuera de campo, en la belleza y la anarquía.
Bernard Maris. Houellebecq economista
La cultura –típica actividad estéril tolerada por el capitalismo porque depende, como el espectáculo, del consumo de masas– desempeña un papel importante, casi salvador: evita la asfixia. La asfixia en el trabajo y en el consumo.
Bernard Maris. Houellebecq economista
Debes desear. Debes ser deseable. Debes participar en la lucha, en la competencia, en la vida del mundo. Si te detienes, dejas de existir. La publicidad es el aguijón que empuja a los bueyes o a los borregos, los obliga a moverse.
Bernard Maris. Houellebecq economista
Siempre buscaremos en los escritores, y en particular en los novelistas, un fragmento de la verdad de este mundo al que somos arrojados y que nos angustia.
Bernard Maris. Houellebecq economista
El capitalismo se dirige a niños cuya insaciabilidad y deseo de consumir sin trabas van de la mano con la negación de la muerte. Por eso es morboso. El deseo furioso de dinero, que no es sino un deseo de prolongar el tiempo, es pueril y dañino. Nos hace olvidar el verdadero deseo, el único deseo noble, el deseo de amor.
Bernard Maris. Houellebecq economista
Cada cual inicia su propio proceso de degradación envejeciendo. No hay una segunda oportunidad. Lo que se pierde, se pierde para siempre. La vida no se repite.
Bernard Maris. Houellebecq economista
«El liberalismo modificaba la geografía del mundo en función de las expectativas de la clientela». Entendámonos: destruye todos los antiguos oficios y todos los paisajes. Los reemplaza por otros de cartón piedra, habitados por figurillas animadas, destinadas a satisfacer a los chinos millonarios.
Bernard Maris. Houellebecq economista
Este mundo es agotador y desesperante. En el centro del capitalismo y de la sociedad de mercado está prohibido plantarse, descansar, quedarse en un mismo sitio, contentarse con lo que se tiene, acostumbrarse a los objetos, a las marcas, al propio trabajo. Es todavía la destrucción creadora de Schumpeter, pero vista desde la perspectiva del consumo, generador de tristeza y medio de coerción feroz. Manteniendo a los individuos en la incertidumbre perpetua, obligándolos a moverse, a cambiar de costumbres, el consumo los hace añicos.
Bernard Maris. Houellebecq economista
Y todo esto en razón del «diktat irresponsable y fascista de los responsables de las líneas de producción». Esos sujetos «pretenden captar una espera de novedades [en el consumidor] y lo único que hacen en realidad es transformar su vida en una búsqueda agotadora y desesperada, un vagabundeo sin fin entre lineales eternamente modificados»
Bernard Maris. Houellebecq economista