Quien no sabe gobernarse pide ser gobernado.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
Quien no sabe gobernarse pide ser gobernado.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
La tarea de nuestro tiempo es aprender a vivir en nuestros propios zapatos y mantenernos en pie.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
La anticipación y la expectación, males congénitos del sujeto intempestivo que se ve arrojado al futuro, son males ajenos a quien pisa fuerte en el sustrato del presente.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Perder el miedo a la muerte es condición necesaria para gozar de la existencia.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
No se trata de hacer muchas cosas, sino de hacer cosas que valgan la pena.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Asimismo, en tiempos de cachaza y hedonismo–recuérdese que el envés de la agitación no es el sosiego, sino la abulia–, más socorrido es enrolarse en la Brigada del Dedito y señalar a quienes infringen las reglas de la civilidad y el decoro que edificar una existencia virtuosa.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
En La negra noche, una de las últimas novelas de Iris Murdoch, se profetiza por boca de un personaje que el miedo a las enfermedades de transmisión sexual haría brotar «una generación de célibes». Observar a nuestros coetáneos zamparse un cachopo en tiempo récord o remontar el Bidasoa disfrazados de Espinete nos hace intuir que, en realidad, lo que el futuro nos reserva es una generación de impotentes.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Platón llamaba dynamis a la capacidad simultánea de actividad y pasividad; para Lao-Tse, sabio era quien sabía estar alerta y en reposo. El individuo agitado, que mucho abarca y poco aprieta, no es capaz de lo uno ni de lo otro. Cuando Walter Pater escribió que lo importante de la experiencia no era su fruto, sino ella misma, no contaba con que esto acabaría definiendo, con dolorosa ironía, el agotamiento del sujeto contemporáneo.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Tal es lo que Nietzsche definió en un aforismo de Humano, demasiado humano como la desgracia de los hombres activos: de poco sirve preguntarles por el fin de su actividad, porque esta es esencialmente irracional. Así «los activos ruedan, como rueda la piedra, conforme a la estupidez de la mecánica».
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
El contrapeso de la agitación no es el reposo, sino el entumecimiento.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia