De todos los monstruos fríos, el más frío es el Estado. Miente fríamente y he aquí la mentira que sale arrastrándose de su boca: «Yo, el Estado, soy el pueblo». ¡Mentira! Los que crearon los pueblos y los que suspendieron sobre ellos una fe y un amor sí servían a la vida. Destructores son los hombres que arman trampas a las multitudes, llamando a esto un Estado y suspendiendo por encima de ellos una espada y cien apetitos.
Friedrich Nietzsche. Así habló Zaratrusta