Hay días en los que, ¿cómo lo diría?, se me revela con tanta claridad el sentido del mundo y del hombre, que los cielos se abren de repente encima de mí. Y sin embargo, estos días se van, como todo lo que nos pasa. No sabemos guardar nada, no definimos nada, ni para nosotros, ni para los demás. En tales momentos tengo la sensación de mi plenitud y la certeza de que nunca más llegaré a dudar de lo que he conquistado o descifrado entonces. Y sin embargo, también esos momentos pasan y se consumen, dejándonos muy pocos y muy imprecisos pensamientos.
Mircea Eliade. Fragmentarium