Exactamente ese es el lugar es donde nos encontramos: contentándonos con lo que nos dan. Deseando lo que nos permiten. Interesándonos por lo que nos desvelan. Mirando lo que nos muestran. Y, por supuesto, rechazando lo que nos prohíben. No yendo nunca a hurgar en lo que nos ocultan.
Philippe Muray. El Imperio del Bien