BUFÓN: ¿Estás triste, señora? ¿Cuáles son tus penas?
INFANTINA: No tengo penas. Solo tengo recuerdos y quiero olvidar.
BUFÓN: No se olvida cuando se quiere.
INFANTINA: Dicen que hay una fuente…
BUFÓN: Esta fuente está siempre al otro extremo del mundo. Para llegar a ella hay que caminar muchos años.
INFANTINA: Pero ¿se olvida al beber sus aguas?
BUFÓN: Se olvida sin beberlas. Es el tiempo quien hace el milagro, y no la fuente. Cuando una peregrinación es larga, se olvida siempre…
Ramón María del Valle-Inclán. La cabeza del dragón