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Así se aprende

Frases y fragmentos de libros que te harán pensar

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¿Por qué nos engañamos?

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Yo siento, en verdad, gran aversión hacia ese tipo de persona calamitosa; cuando me quiero divertir con un tonto, no he de andar muy lejos: me río de mí mismo. Esa mujer de que te hablo perdió súbitamente la vista, y te contaré una cosa increíble, pero bien cierta: ignora que está ciega, y, a menudo, ruega a su guía que cambien de estancia porque encuentra la casa oscura. Esto que nos hace reír en ella, es menester que te conste claramente, es lo que sucede a todos nosotros: nadie se da cuenta de que es avaro, nadie de que es concupiscente.

Y, con todo, los ciegos piden un guía y nosotros vamos errantes sin ninguno mientras andamos diciendo: «Yo no soy ambicioso, pero en Roma no se puede vivir de otra manera; yo no soy malbaratador, pero la vida de la ciudad exige grandes dispendios. No es culpa mía si soy iracundo, si aún no me he señalado una norma de vida: es cosa de la juventud». ¿Por qué nos engañamos? Nuestro mal no es externo, está dentro de nosotros, reside en nuestras mismas entrañas; por eso sanamos difícilmente, andamos ignorantes de nuestra dolencia. 

Séneca. Cartas a Lucilio

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