No se trata de hacer muchas cosas, sino de hacer cosas que valgan la pena.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
No se trata de hacer muchas cosas, sino de hacer cosas que valgan la pena.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Platón llamaba dynamis a la capacidad simultánea de actividad y pasividad; para Lao-Tse, sabio era quien sabía estar alerta y en reposo. El individuo agitado, que mucho abarca y poco aprieta, no es capaz de lo uno ni de lo otro. Cuando Walter Pater escribió que lo importante de la experiencia no era su fruto, sino ella misma, no contaba con que esto acabaría definiendo, con dolorosa ironía, el agotamiento del sujeto contemporáneo.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Tal es lo que Nietzsche definió en un aforismo de Humano, demasiado humano como la desgracia de los hombres activos: de poco sirve preguntarles por el fin de su actividad, porque esta es esencialmente irracional. Así «los activos ruedan, como rueda la piedra, conforme a la estupidez de la mecánica».
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
El contrapeso de la agitación no es el reposo, sino el entumecimiento.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
El sintagma hacer cosas no es más que el eufemismo con el que disfrazamos nuestra incapacidad de hacer algo significativo.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Encontrar a la vida un significado yoico es hacer algo en la vida, y hasta cierto punto, es acertado. Pero trascender el ego supera ese tipo de significados…, apunta a un significado que no es tanto de hacer como de ser. Como dijo Cummings: «Si puedes ser, sé. Si no, levanta el ánimo y ocúpate de asuntos ajenos, haz y deshaz cosas de otros hasta que revientes».
Ken Wilber. La conciencia sin fronteras
Así, del mismo modo que la presión es impulso proyectado, la obligación es deseo proyectado. Es decir, los sentimientos persistentes de obligación son una señal de que uno está haciendo algo que no admite que quiera hacer.
Ken Wilber. La conciencia sin fronteras
El mecanismo básico de la proyección como tal es, pues, bastante simple. Un impulso (enfado, deseo o lo que sea) que surge en uno y que, naturalmente, apunta al medio, cuando es proyectado, aparece como un impulso que se originase en el medio y que apuntara hacia uno. Es un efecto de bumerang, y uno acabará zurrándose con su propia energía. Ya no pugna por actuar, se siente empujado a actuar. Ha puesto el impulso al otro lado de la demarcación entre lo que uno es y lo que uno no es, y entonces, naturalmente, el impulso le ataca desde afuera, en vez de ayudarle a atacar al medio.
Ken Wilber. La conciencia sin fronteras
Reconocer algo como hermoso convierte en feas otras cosas. Y, cuando descubrimos la bondad, ponemos también de relieve la maldad. Ser y no ser se apoyan uno en otro, difícil y fácil se crean mutuamente, largo y corto son interdependientes, alto y bajo se definen recíprocamente y todo antes genera necesariamente un después. Por ello el maestro actúa sin decir nada y enseña sin abrir siquiera la boca.
Lao-Tse. Tao Te Ching
Nos quedamos en blanco porque no tenemos nada que decir. No es que nos haya abandonado nuestro talento. Si tuviéramos algo que decir no podríamos evitar escribir. No podemos matar nuestro talento, pero podemos hacer que pase tanta hambre que entre en coma a través de la ignorancia. No importa cuánto talento tenga una persona: si es ignorante, no podrá escribir. Se debe estimular el talento con hechos e ideas. Investiguemos. Alimentemos nuestro talento. La investigación no sólo gana la batalla contra los clichés, sino que constituye la clave de la victoria contra el miedo y contra su hermana, la depresión.
Robert McKee. El guion