La libertad perfecta no puede concebirse como si consistiera simplemente en la desaparición de esta necesidad cuya presión sufrimos perpetuamente. En tanto viva el hombre, es decir en tanto constituya un infinito fragmento de este universo implacable, la presión de la necesidad no se relajará jamás un solo instante. Un estado de cosas en el que el hombre tenga todo el gozo y también la menor cantidad de fatigas que quisiera no puede tener cabida, salvo como ficción, en el mundo en que vivimos.
Simone Weil. Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresión social