Entre todos los motivos de querer escribir, el único que nos nutre durante el tiempo suficiente es el amor hacia el propio trabajo.
Robert McKee. El guion
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
Entre todos los motivos de querer escribir, el único que nos nutre durante el tiempo suficiente es el amor hacia el propio trabajo.
Robert McKee. El guion
Quien se alza de puntillas no se yergue firmemente. Quien se apresura no llega lejos. Quien intenta brillar vela su propia luz. Quien se define a sí mismo no puede saber quién es realmente. Quien ejerce poder sobre otros no tiene poder sobre sí. Quien se aferra a su trabajo no creará nada duradero. Si quieres armonizar con el Tao, haz tu tarea y suéltala luego.
Lao-Tse. Tao Te Ching
Es así como se militariza la vida civil. Hace veinte años se anunciaba la paz perpetua: todos a casa, las oficinas y las fábricas abandonadas, al igual que los conflictos que naturalmente traen consigo. Todos dedicados a un teletrabajo gratificante acompañados por el calor de la familia. No ha sido así. Las oficinas continúan existiendo, quizá incluso más precarias y móviles (también pueden serlo la mesita de un bar o una habitación de hotel), si acaso son las casas las que escasean.
En cuanto a las familias, parecen un sueño comunitario de otros tiempos, por el que, por otra parte, no se siente mucha nostalgia, al menos si damos crédito a las estadísticas según las cuales la mayor parte de los actos de violencia tienen lugar en el seno de la familia.
Maurizio Ferraris. Movilización total
Creo que el instinto de perpetuar trabajos inútiles es, en el fondo, simple temor a la masa. La masa (o eso se tiende a pensar) es un animal tan rastrero que sería peligrosa si dispusiera de tiempo libre; es mejor tenerla tan ocupada que no pueda pensar.
George Orwell. Sin blanca en París y Londres
No hay sociedades perfectamente igualitarias. Por lo tanto, el peligro de la coerción siempre se cierne sobre lo que los individuos eligen en el mercado de trabajo. ¿Cuánta igualdad habría que tener para que se elija en el mercado con libertad, para que no se esté sujeto a coerción? (…) (…) ¿En qué condiciones es el libre mercado realmente libre?
Michael J. Sandel. Justicia
Hay algo profundamente equivocado en aquello en lo que nos hemos convertido: somos una civilización basada en el trabajo, pero ni siquiera en el «trabajo productivo», sino en el trabajo como un fin en sí mismo. Hemos llegado a creer que los hombres y las mujeres que no se esfuerzan más duramente de lo que desean en empleos que no les gustan son mala gente, indigna de recibir amor, atención o asistencia por parte de sus comunidades. Es como si hubiésemos dado nuestro consentimiento colectivo para nuestra propia esclavización.
David Graeber. Trabajos de mierda
Es la tendencia femenina a decir que no, más que ninguna otra fuerza, lo que ha dirigido nuestra evolución de tal forma que nos hemos convertido en las criaturas creativas, trabajadoras, erguidas y de gran capacidad cerebral (competitivas, agresivas, dominantes) que somos.
Jordan Peterson. 12 reglas para vivir: un antídoto al caos
Schweitzer caracteriza a la sociedad industrial no solo por su falta de libertad, sino por su “esfuerzo excesivo” ( überanstrengung ). “Durante dos o tres siglos muchos individuos han vivido solo como trabajadores y no como seres humanos”. La sustancia humana es sofocada, y a la educación de los hijos por estos padres sin desarrollo le falta un factor esencial para el desarrollo humano. “Más tarde, sometido a un exceso de ocupaciones, el adulto sucumbe más y más a la necesidad de distracciones superficiales. La pasividad absoluta, distraer la atención y olvidarse de sí mismo, es una necesidad física para él”
Erich Fromm. Tener o ser
Si para ganarse la vida se pudiera depender de lo que se sabe y lo que se puede hacer, la propia estima estaría en proporción con la propia capacidad, o sea, con el valor de uso; pero como el éxito depende en gran medida de cómo se vende la personalidad, el individuo se concibe como mercancía o, más bien, simultáneamente como el vendedor y la mercancía que vende.
Erich Fromm. Tener o ser
La desocupación de muchos millones de personas debido a la crisis en la estructura económica, ha aumentado su sentimiento de inseguridad. Aun cuando la ayuda al desocupado por medio de recursos públicos haya hecho mucho para compensar las consecuencias del paro forzoso, tanto desde el punto de vista económico como del psicológico, siempre queda en pie el hecho de que para la gran mayoría del pueblo el quedar desocupado constituye una carga muy difícil de soportar psicológicamente, y el terror a la desocupación no deja de ensombrecer toda su vida. Tener un empleo —cualquiera que sea— parece resumir para mucha gente todo cuanto puede pedirse a la vida y constituir algo por lo que debe experimentarse gratitud. La desocupación ha aumentado también el miedo a la vejez.
Erich Fromm. El miedo a la libertad