Solo la creación apasionada triunfa del olvido.
Antonio Machado
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
Solo la creación apasionada triunfa del olvido.
Antonio Machado
Esta es, quizá, la más difícil de todas las mortificaciones: alcanzar una «santa indiferencia» hacia el éxito o fracaso temporal de la causa a la cual dedicó uno sus mayores energías. Si triunfa, bien; si es derrotada, también está bien, aunque sea de modos que, para una mente limitada y atada por el tiempo, son aquí y ahora enteramente incomprensibles.
Aldous Huxley. La filosofía perenne
Las personas se transforman en cosas; sus relaciones mutuas adquieren el carácter de propiedades. El “individualismo”, que en su sentido positivo significa liberarse de las cadenas sociales, en su sentido negativo significa “ser propietario de sí mismo”, tener el derecho (y la obligación) de gastar nuestras energías en alcanzar el éxito personal. (…) (…) Consideramos el yo como algo que poseemos, Y esta “cosa” es la base de nuestro sentimiento de identidad.
Erich Fromm. Tener o ser
Producimos no ya para satisfacción propia, sino con el propósito abstracto de vender nuestra mercadería; creemos que podemos lograr cualquier cosa, material o inmaterial, comprándola, y de este modo los objetos llegan a pertenecemos independientemente de todo esfuerzo creador propio. Del mismo modo, consideramos nuestras cualidades personales y el resultado de nuestros esfuerzos como mercancías que pueden ser vendidas a cambio de dinero, prestigio y poder.
De este modo, se concede importancia al valor del producto terminado en lugar de atribuírsela a la satisfacción inherente a la actividad creadora. Por ello el hombre malogra el único goce capaz de darle la felicidad verdadera —la experiencia de la actividad del momento presente— y persigue en cambio un fantasma que lo dejará defraudado apenas crea haberlo alcanzado: la felicidad ilusoria que llamamos éxito.
Erich Fromm. El miedo a la libertad
A pesar de todo el énfasis que la sociedad moderna ha puesto en la felicidad, en la individualidad y en el propio interés, ha enseñado al hombre a sentir que no es su felicidad (o si queremos usar un término teológico, su salvación) la meta de la vida, sino su éxito o el cumplimiento de su deber de trabajar. El dinero, el prestigio y el poder se han convertido en sus incentivos y sus metas. Actúa bajo la ilusión de que sus acciones benefician a sus propios intereses, aunque de hecho sirve a todo lo demás, menos a los intereses de su propio ser. Todo tiene importancia para él, excepto su vida y el arte de vivir. Existe para todo, excepto para sí mismo.
Erich Fromm. Ética y psicoanálisis