No es cierto que el tedio excluya la felicidad. Pueden vivir juntos y unirse en un nudo inextricable.
Natalia Ginzburg. Las tareas de la casa y otros ensayos
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
No es cierto que el tedio excluya la felicidad. Pueden vivir juntos y unirse en un nudo inextricable.
Natalia Ginzburg. Las tareas de la casa y otros ensayos
Un hombre ingenioso se entretiene de maravilla en la más absoluta soledad con sus propios pensamientos y fantasías, mientras que un hombre sin chispa se aburre a pesar de la continua variedad de obras de teatro, fiestas y excursiones. Un carácter bueno, moderado y dulce puede estar satisfecho en circunstancias muy modestas, mientras que un carácter malo, ávido y envidioso no lo está ni con todas las riquezas posibles.
Arthur Schopenhauer. El Arte de ser feliz
La felicidad no es cosa fácil. Es muy difícil encontrarla en nosotros mismos, e imposible encontrarla en otro lugar.
Chamfort. Obras, vol. IV, Caracteres y anécdotas, Imprimerie des Sciences et des Arts
El genio de la especie está siempre en guerra con los genios protectores de los individuos. Es su perseguidor y su enemigo, siempre dispuesto a destruir sin cuartel la felicidad personal para lograr sus fines.
Arthur Schopenhauer. El amor, las mujeres y la muerte
Si amo al mar y a todo lo que al mar se parece, y más aún cuando fogosamente me contradice: si llevo en mí esta alegría del que busca, esta alegría que impulsa las velas hacia lo desconocido; si hay en mi alegría la alegría del navegante: si alguna vez mi júbilo exclamó: «¡Las costas han desaparecido, ahora ha caído mi última cadena — — la inmensidad se agita en torno mío; muy lejos de mí centellean el tiempo y el espacio, ¡vamos!, ¡en marcha, viejo corazón!
Friedrich Nietzsche. Así habló Zaratrusta
Abrazar modestamente una pequeña felicidad, ¡a esto le llaman «resignación»! Y a la vez miran ya de reojo, modestamente, hacia otra pequeña felicidad. En su simplicidad, solo tienen un deseo en el fondo: que nadie les haga daño. Por eso son corteses para con todos y les hacen bien. Pero es cobardía; aunque se le dé el nombre de «virtud».
Friedrich Nietzsche. Así habló Zaratrusta
A pesar de todo el énfasis que la sociedad moderna ha puesto en la felicidad, en la individualidad y en el propio interés, ha enseñado al hombre a sentir que no es su felicidad (o si queremos usar un término teológico, su salvación) la meta de la vida, sino su éxito o el cumplimiento de su deber de trabajar. El dinero, el prestigio y el poder se han convertido en sus incentivos y sus metas. Actúa bajo la ilusión de que sus acciones benefician a sus propios intereses, aunque de hecho sirve a todo lo demás, menos a los intereses de su propio ser. Todo tiene importancia para él, excepto su vida y el arte de vivir. Existe para todo, excepto para sí mismo.
Erich Fromm. Ética y psicoanálisis
Las técnicas ascéticas de renunciación del mundo han cedido el paso a métodos que supuestamente consiguen al mismo tiempo triunfos materiales y calma interior, éxito y serenidad, energía y tranquilidad. En pocas palabras, una felicidad interior que ya no exige ascesis ni renunciaciones inaceptables de lo exterior, sea lo que fuere (bienestar material, eficacia profesional, sexo, diversiones). El individuo aspira a la ligereza sin cambiar realmente de estilo de vida. Aligerar las vivencias, pero sin esfuerzo espiritual permanente, sin la disciplina de la vida ascética, sin perder las ventajas del mundo moderno: al día de hoy, el yoga y la meditación hacen furor entre los ejecutivos de la City en cuanto técnicas de mindfulness para combatir el estrés y el agotamiento en el trabajo, aumentar la concentración y favorecer una productividad óptima. Lo que significa que el regreso de lo religioso y de las sabidurías antiguas no expresa tanto un «cambio de paradigma» como la prolongación del espíritu de eficacia y del consumismo por otros medios.
Gilles Lipovetsky. De la ligereza