Lo lamentable es que la sociedad está edificada sobre unos cimientos tales, que el hombre se vea forzado a una rutina, con lo cual no puede desarrollar libremente lo que en él hay de maravilloso, fascinante, exquisito, ni puede tampoco, por eso mismo, sentir el verdadero placer, el goce de vivir.
Oscar Wilde. El alma del hombre bajo el socialismo