Hoy, aunque tengo casi setenta años, sigo luchando en el mundo de los negocios, porque sé que la forma más rápida de acabar con mi vida es no hacer nada. Toda persona tiene derecho a elegir la jubilación como principio o como fin. Ese tipo de actitud ociosa ante la vida puede envenenar a la gente. Siempre pienso en la jubilación como empezar de nuevo, y nunca he dejado de luchar por un día, porque conozco el verdadero sentido de la vida.
John D. Rockefeller. Las 38 cartas de J.D. Rockefeller a su hijo: perspectivas, ideología y sabiduría