Aunque deseemos fervientemente negar el tiempo por razones de vanidad, angustia existencial o esnobismo intelectual, nos disminuimos a nosotros mismos cuando proclamamos nuestra temporalidad. Por cautivadora que pueda ser la fantasía de la intemporalidad, hay una belleza mucho más profunda y misteriosa en la conciencia del tiempo.
Marcia Bjornerud. Conciencia del tiempo.