Un trabajo es siempre «un trabajo» al cabo de solo dos años, después de una década algunos hablarán de una «carrera» y no de un «trabajo», y los más afortunados habrán convertido su carrera en una vocación (o en su pasión) al cabo de veinte años. La pasión es una consecuencia de seguir tu talento y tu interés, no un prerrequisito. Es así de simple. Por eso, decirle a alguien que no sabe cuál es su pasión que el secreto del éxito es «seguir su pasión», es como decirle a alguien que llora amargamente que es mejor «no llorar». Más frustración que otra cosa.
Rafael Sarandeses y Jordi Alemany. La carrera infinita