En lugar de preguntarte qué te apasiona, hazte estas dos preguntas: ¿Qué me interesa, qué me intriga? ¿Qué roles hay en ese campo que puedan encajar en los aspectos que se me dan bien? De lo que respondas a estas dos preguntas extraerás algo más concreto y útil que una pasión: un propósito, que literalmente quiere decir «para lo que uno está hecho».
Rafael Sarandeses y Jordi Alemany. La carrera infinita