El conocimiento es en sí mismo nuestra propia redención.
Azriel de Gerona
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
El conocimiento es en sí mismo nuestra propia redención.
Azriel de Gerona
BUFÓN: ¿Estás triste, señora? ¿Cuáles son tus penas?
INFANTINA: No tengo penas. Solo tengo recuerdos y quiero olvidar.
BUFÓN: No se olvida cuando se quiere.
INFANTINA: Dicen que hay una fuente…
BUFÓN: Esta fuente está siempre al otro extremo del mundo. Para llegar a ella hay que caminar muchos años.
INFANTINA: Pero ¿se olvida al beber sus aguas?
BUFÓN: Se olvida sin beberlas. Es el tiempo quien hace el milagro, y no la fuente. Cuando una peregrinación es larga, se olvida siempre…
Ramón María del Valle-Inclán. La cabeza del dragón
Las personas con dietas y ejercicios de respiración y demás, son usualmente sepulcros caminantes, ¡algunos de ellos blanqueados! El animal que piensa en su salud, ya está enfermo.
Aleister Crowley. A.M.R.I.T.A: Magick Sexual y Rejuvenecimiento
La naturaleza humana reclama (en la mayor parte de los casos) la satisfacción del instinto religioso, y para la mayoría, esto se logra por medio de ceremonias. Por tanto, mi deseo fue el de diseñar un ritual a través del cual la gente pudiera entrar en éxtasis, tal como lo ha hecho siempre bajo la influencia de los rituales apropiados. En los años recientes esto ha sido cada vez más difícil de conseguir, ya que los cultos establecidos chocan con las convicciones intelectuales de las personas, y ultrajan su sentido común. Como consecuencia, la mente de la gente termina criticando el poco entusiasmo que podrían sentir, y así quedan imposibilitadas para consumar la unión de sus almas individuales con el alma universal, de la misma manera que un novio no podría consumar su matrimonio si se le recordara continuamente que sus sentimientos son intelectualmente absurdos.
Aleister Crowley. The Confessions of Aleister Crowley
Pues bien, por lo que toca a las ideas, si se las considera sólo en sí mismas, sin relación a ninguna otra cosa, no pueden ser llamadas con propiedad falsas; pues imagine yo una cabra o una quimera, tan verdad es que imagino la una como la otra. No es tampoco de temer que pueda hallarse falsedad en las afecciones o voluntades; pues aunque yo pueda desear cosas malas, o que nunca hayan existido, no es menos cierto por ello que yo las deseo.
Por tanto, sólo en los juicios debo tener mucho cuidado de no errar. Ahora bien, el principal y más frecuente error que puede encontrarse en ellos consiste en juzgar que las ideas que están en mí son semejantes o conformes a cosas que están fuera de mí, pues si considerase las ideas sólo como ciertos modos de mi pensamiento, sin pretender referirlas a alguna cosa exterior, apenas podrían darme ocasión de errar.
René Descartes. Meditaciones metafísicas
Ciertamente, supuesto que no tengo razón alguna para creer que haya algún Dios engañador, y que no he considerado aún ninguna de las que prueban que hay un Dios, los motivos de duda que sólo dependen de dicha opinión son muy ligeros y, por así decirlo, metafísicos. Mas a fin de poder suprimirlos del todo, debo examinar si hay Dios, en cuanto se me presente la ocasión, y, si resulta haberlo, debo también examinar si puede ser engañador; pues, sin conocer esas dos verdades, no veo cómo voy a poder alcanzar certeza de cosa alguna.
Y para tener ocasión de averiguar todo eso sin alterar el orden de meditación que me he propuesto, que es pasar por grados de las nociones que encuentre primero en mi espíritu a las que pueda hallar después, tengo que dividir aquí todos mis pensamientos en ciertos géneros, y considerar en cuáles de estos géneros hay, propiamente, verdad o error.
René Descartes. Meditaciones metafísicas
Engáñeme quien pueda, que lo que nunca podrá será hacer que yo no sea nada, mientras yo esté pensando que soy algo, ni que alguna vez sea cierto que yo no haya sido nunca, siendo verdad que ahora soy, ni que dos más tres sean algo distinto de cinco, ni otras cosas semejantes, que veo claramente no poder ser de otro modo, que como las concibo.
René Descartes. Meditaciones metafísicas
Soy una cosa que piensa, es decir, que duda, afirma, niega, conoce unas pocas cosas, ignora otras muchas, ama, odia, quiere, no quiere, y que también imagina y siente, pues, como he observado más arriba, aunque lo que siento e imagino acaso no sea nada fuera de mí y en sí mismo, con todo estoy seguro de que esos modos de pensar residen y se hallan en mí, sin duda. Y con lo poco que acabo de decir, creo haber enumerado todo lo que sé de cierto, o, al menos, todo lo que he advertido saber hasta aquí.
René Descartes. Meditaciones metafísicas
Mas he aquí que, desde la ventana, veo pasar unos hombres por la calle: y digo que veo hombres, como cuando digo que veo cera; sin embargo, lo que en realidad veo son sombreros y capas, que muy bien podrían ocultar meros autómatas, movidos por resortes. Sin embargo, pienso que son hombres, y de este modo comprendo mediante la facultad de juzgar que reside en mi espíritu, lo que creía ver con los ojos.
René Descartes. Meditaciones metafísicas
Los cerdos comen bellotas, pero ni consideran el sol que les dio vida, ni la influencia de los cielos por la cual se nutrieron, ni la raíz misma del árbol de donde surgieron.
Thomas Traherne