Según te adentras en ti mismo y en ti mismo ahondas, vas descubriendo tu propia inanidad, que no eres todo lo que eres, que no eres lo que quisieras ser, que no eres, en fin, más que nonada. Y al tocar tu propia nadería, al no sentir tu fondo permanente,…
Frases de Alma
Los ojos de los murciélagos
En efecto, lo mismo que a los ojos de los murciélagos ofusca la luz del día, lo mismo a la inteligencia de nuestra alma ofuscan las cosas que tienen en sí mismas la más brillante evidencia. Aristóteles. Metafísica
La potencia motriz del alma es el deseo
El principio motor es, por tanto, único: el objeto deseable. Y es que si los principios que mueven son dos, intelecto y deseo, será que mueven en virtud de una forma común. Ahora bien, la observación muestra que el intelecto no mueve sin deseo: la volición es, desde luego, un…
Sensaciones venidas de fuera
Sucede a veces, que sensaciones, venidas de fuera, conmueven el alma y la invaden en toda su extensión; y entonces, destinadas como están a obedecer, quieren al parecer mandar. Platón. El Timeo
Una regla para todos
Es quizás entonces cuando se impone por primera vez, en la forma de una coacción general, esa conminación tan propia del Occidente moderno. No hablo de la obligación de confesar las infracciones a las leyes del sexo, como lo exigía la penitencia tradicional; sino de la tarea, casi infinita, de…
Una vida nueva
Se inquietaba mi alma por saber si acaso era posible instituir una vida nueva, o cuando menos adquirir alguna certeza respecto de ello, sin cambiar el orden antiguo ni la conducta ordinaria de mi vida. Muchas veces lo intenté en vano. Pues lo más frecuente en la vida, lo que…
Forzar el alma
Pero, si la igualdad de condiciones da a todos los ciudadanos algunos recursos, impide que ninguno de ellos tenga recursos demasiado amplios; cosa que recluye necesariamente los deseos en límites bastante estrechos. En los pueblos democráticos, la ambición es, pues, ardiente y continua, pero no puede apuntar habitualmente muy arriba;…
Pagar con el alma
Es difícil luchar contra el deseo; pues lo que quiere, lo compra al precio del alma. Heráclito de Éfeso
El alma se aburre
No es el hombre quien se ha dado a sí mismo el gusto por el infinito y el amor de lo que es inmortal. Estos instintos sublimes no nacen de un capricho de su voluntad; tienen su fundamento inmóvil en su naturaleza; existen a pesar de sus esfuerzos. El hombre…
Los límites del alma
Aun recorriendo todo camino, no llegarás a encontrar, en tu marcha, los límites del alma. Heráclito de Éfeso