En tu luz aprendo a amar, en tu belleza cómo hacer poemas. Bailas dentro de mi pecho, donde nadie te ve. Pero a veces yo te veo y esa visión se convierte en este arte.
Rumi
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
En tu luz aprendo a amar, en tu belleza cómo hacer poemas. Bailas dentro de mi pecho, donde nadie te ve. Pero a veces yo te veo y esa visión se convierte en este arte.
Rumi
Escucha, cómo se queja esta flauta de caña, cómo cuenta la historia de las separaciones: Desde que me cortaron del cañaveral, mi lamento ha hecho llorar a hombres y mujeres. Mi corazón se ha hecho pedazos por la separación, quiero compartir el dolor del anhelo. En verdad, quien se ha alejado, busca el momento de la unión. Lloré y gemí en cada asamblea, me volví compañero de los buenos y de los malos. Cada uno pensó que era su amigo, pero nadie buscó los secretos dentro de mí.
Mi secreto no es diferente de mi lamento, pero para todos los ojos y oídos, ese secreto no es luz. El cuerpo no está escondido del alma, ni el alma del cuerpo, sin embargo, nadie tiene permiso para ver el alma. El sonido de esta flauta es fuego, no aire; ¡Que aquellos que no tengan este fuego sean nada! Es el fuego del amor lo que está en la flauta, es la pasión del amor lo que ha caído en el vino. La flauta es la compañera de quien se ha separado de su amigo, su música ha roto nuestros velos.
Rumi
La ingenuidad, la cobardía, la vanidad de pensar que todo lo que nos sucede tiene un sentido. De interpretarlo todo como si fueran pruebas impuestas por un dios que organiza la salvación de cada uno como una carrera de obstáculos. A los espíritus, dice Nietzsche, se los juzga —y, contrariamente a lo que dice Jesucristo, hay que juzgar—por su capacidad de no contarse historias, de amar la realidad y no las ficciones consoladoras que la sustituyen. Se los juzga por la dosis de verdad que son capaces de soportar.
Emmanuel Carrère. El Reino
Sería, desde luego, muy hermoso que existiera un Padre omnipotente y una Providencia que cuidara de cada uno de nosotros, pero que no deja de ser curioso que esta construcción corresponda tan exactamente a lo que podemos desear cuando somos niños. Que la raíz del deseo religioso es la nostalgia del padre y el fantasma infantil de ser el centro del mundo.
Emmanuel Carrère. El Reino
Puesto que me niego a hacer intervenir a una divinidad organizadora, cuya acción me parece más misteriosa que el misterio, no me queda sino vivir en una cierta tiniebla. Lo acepto. Ninguna explicación, ni aun la más simple, vale para todos. Entre los dos misterios, yo he elegido el mío, pues, al menos, preserva mi libertad moral.
Luis Buñuel. Mi último suspiro
Le está prohibido al hombre comer del árbol del conocimiento del bien y del mal: pero obra contra la orden divina, rompe y supera el estado de armonía con la naturaleza de la que forma parte sin trascenderla. Desde el punto de vista de la Iglesia, que representa a la autoridad, este hecho constituye fundamentalmente un pecado. Pero desde el punto de vista del hombre se trata del comienzo de la libertad humana. Obrar contra las órdenes de Dios significa liberarse de la coerción, emerger de la existencia inconsciente de la vida prehumana para elevarse hacia el nivel humano. Obrar contra el mandamiento de la autoridad, cometer un pecado, es, en su aspecto positivo humano, el primer acto de libertad, es decir, el primer acto humano.
Erich Fromm. El miedo a la libertad
Desde que tengo uso de razón he vivido con eso que Bach llamaba su alegría. Me salvó de crisis y miserias y funcionó con la misma fidelidad que mi corazón. A veces avasalladora y difícil de manejar, pero jamás hostil ni destructiva. Bach llamaba a ese estado su alegría, una alegría de Dios. «Dios mío, no dejes que pierda mi alegría.»
Ingmar Bergman. Linterna mágica
Todos los seres humanos… cobraron esperanzas… sin remedio. Porque, en efecto, si a ellos les llegan imágenes claras, pero no pueden descubrir cómo estas se originan, se ven abrumados por las dudas, y entonces les surge la creencia [en la existencia de un dios creador].
Epicuro. El sabio camino hacia la felicidad: Diógenes de Enoanda y el gran mural epicúreo de Carlos García Gual.
Acepta el arte que has aprendido, y gózate en él. Y lo que te restare de vida, pásalo como quien lo confía todo, desde lo profundo del alma, a los dioses, sin hacerse tirano ni esclavo de nadie.
Marco Aurelio. Meditaciones
Hay gente rezándola en este momento, confesándole su dolor, su desgracia, pidiéndole auxilio. Y esa gente cree que hay alguien al otro lado, que la santa les escucha, y no hay nadie escuchando, y eso es maravilloso: millones de palabras arrojadas al agujero negro de nuestras paredes cerebrales.
Manuel Vilas. Ordesa