Antiguamente, creo que en el año uno, dijo la sibila, ebria sin haber bebido vino: «¡Desgracia, hemos caído muy bajo! ¡Decadencia, decadencia! ¡Nunca el mundo había caído tan bajo! Roma parece una ramera, una casa pública; el César de Roma parece una bestia; ¡Dios mismo se ha hecho judío!».
Friedrich Nietzsche. Así habló Zaratrusta