El que no quiere rechazar nada, quiere la destrucción de la voluntad, pues la voluntad no es solo la elección de algo, sino el rechazo de casi todo.
G.K. Chesterton. Ortodoxia
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
El que no quiere rechazar nada, quiere la destrucción de la voluntad, pues la voluntad no es solo la elección de algo, sino el rechazo de casi todo.
G.K. Chesterton. Ortodoxia
Todos los adoradores de la voluntad, desde Nietzsche hasta el señor Davidson, están realmente completamente vacíos de voluntad. No pueden querer, apenas pueden desear. Y si alguien quiere una prueba de esto, la puede encontrar con bastante facilidad. Se puede encontrar en este hecho: que siempre se habla de la voluntad como algo que se expande y se desata, pero es todo lo contrario. Todo acto de la voluntad es un acto de autolimitación. Desear la acción es desear la limitación. En ese sentido, todo acto es un acto de autosacrificio. Cuando uno elige algo, rechaza todo lo demás.
G.K. Chesterton. Ortodoxia
El libre pensamiento ha agotado su propia libertad. Está cansado de su propio éxito. Si algún librepensador entusiasta aclama ahora la libertad filosófica como el amanecer, es solo como el hombre de Mark Twain que salió envuelto en mantas para ver salir el sol y llegó justo a tiempo para ver su puesta.
G.K. Chesterton. Ortodoxia
Cuando el materialismo lleva a los hombres a un fatalismo completo (como suele suceder), es completamente inútil pretender que sea en algún sentido una fuerza liberadora. Es absurdo decir que se está promoviendo especialmente la libertad cuando solo se utiliza el libre pensamiento para destruir el libre albedrío. Los deterministas vienen a atar, no a desatar.
G.K. Chesterton. La ética en el país de los duendes
Ni la ciencia moderna ni la religión antigua creen en el pensamiento completamente libre. La teología reprende ciertos pensamientos llamándolos blasfemos. La ciencia reprende ciertos pensamientos llamándolos morbosos. Por ejemplo, algunas sociedades religiosas disuadían a los hombres más o menos de pensar en el sexo. La nueva sociedad científica definitivamente disuade a los hombres de pensar en la muerte; es un hecho, pero se considera un hecho morboso.
G.K. Chesterton. La ética en el país de los duendes
En el momento en que entras en el mundo de los hechos, entras en un mundo de límites. Puedes liberar a las cosas de leyes ajenas o accidentales, pero no de las leyes de su propia naturaleza. Puedes, si quieres, liberar a un tigre de sus barrotes; pero jamás podrás liberarlo de sus rayas.
G.K. Chesterton. La ética en el país de los duendes
Touchstone dice que hay mucha virtud en un si… (if). Y según la ética de los Duendes toda virtualidad mágica empieza con un si… (if). La expresión característica del país de las hadas es siempre: “Puedes vivir en un palacio de oro y zafiro si… nunca pronuncias la palabra vaca”; o “serás feliz con la hija del Rey si… nunca ves una cebolla”. La promesa siempre depende de un veto. Todas las cosas fantásticas y vertiginosas que se conceden dependen de alguna pequeña cosa que se veta. Todas las asombrosas y apasionantes cosas que se van a conceder dependen de una sola cosa que está prohibida.
G.K. Chesterton. La ética en el país de los duendes
Limitarse a una mujer es muy poco precio para ver una mujer. Lamentarse de que uno solo puede casarse una vez, es como lamentarse de que uno solo puede nacer una vez. No es coherente con la tremenda fuerza de lo que está en juego. Y no manifiesta excesiva sensibilidad por el sexo, sino más bien una sorprendente insensibilidad por él. Estaría loco el hombre que se lamentara por no poder entrar en el Edén por cinco puertas a la vez. La poligamia significa falta de realización del sexo. Es como el que pela cinco peras en el desayuno, una detrás de otra, sin darse cuenta de lo que hace.
G.K. Chesterton. La ética en el país de los duendes
En los niveles elementales de la vida, ser libre es carecer de trabas. A medida que uno gana madurez, descubre que ser plenamente libre es tener seguridad, aplomo, eficacia… en la realización de sí mismo en todos los órdenes de la vida.
Alfonso López Quintás. La manipulación del hombre a través del lenguaje
El Consenso blando extrae su legitimidad, renovada audimétricamente día tras día, de haber sido deseado por todos como la última forma de protección, como la última ‘cobertura’ universal que podríamos ofrecernos y bajo la cual todo se reconcilia definitivamente, se mezcla, desaparece. No podemos tocarlo, pues, sin que parezca que amenazamos, por eso mismo, la paz de todo el género humano.
Philippe Muray. El Imperio del Bien