Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes.
Lao-Tse. Tao Te Ching
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes.
Lao-Tse. Tao Te Ching
A la luz de este punto de vista, no tenemos otra alternativa que admitir que la servidumbre, con la cual la libertad es medida, debe ser mantenida con ella, es decir, que el aspecto de la verdad fuera del cual parece emerger la noche, la oscuridad de nuestro tiempo, es tan poco renunciable como el progreso subjetivo del hombre. De este modo, las dos fuentes de la conciencia del hombre son inseparables, no como un aspecto inerte sino como un aspecto viviente y complementario, un aspecto de aquel principio de complementariedad mediante el cual Niels Bohr ha buscado unir el cuanto y la onda, que constituyen la verdadera fábrica de radiante energía vital.
Werner Heisenberg. Física y filosofía
Nos debemos a la verdad. Nos debemos a la transparencia del pensamiento. Debemos fingir que no mentimos.
¡Como si le debiéramos no sé qué cosa a la Sociedad de Pacotilla! A los que amamos, tal vez, y además: si los amamos es precisamente porque piensan que no les debemos nada.
Philippe Muray. El Imperio del Bien
Dicho esto, no vayan a hacerme decir entre líneas lo que no escribiré jamás. La fórmula mágica hoy, si se aspira a tener paz, consiste en declarar de primeras que no se tiene nada contra nadie, y especialmente contra aquellos a los que se ataca. Es un Sésamo indispensable.
“El autor insiste en precisar que personajes, lugares y acontecimientos no tienen ninguna relación con la realidad…” No hace falta, por tanto, que diga que estoy A FAVOR, decididamente A FAVOR DE todas las buenas causas. Y totalmente EN CONTRA DE las malas. Y además, eso mismo. Y además, eso es todo. Y es mucho mejor decirlo. Nada de historias ridículas: la evidencia. Estoy a favor de todo lo bueno que pueda ocurrir y contra todo lo malo que existe. A favor de la transparencia contra la opacidad. A favor de la verdad contra el error. A favor de lo auténtico contra la mentira. A favor de la realidad contra las engañifas. A favor de la moral contra la inmoralidad. A favor de que todo el mundo sacie su hambre, a favor de que no haya más excluidos en ninguna parte, a favor del triunfo de la dietética.
Philippe Muray. El Imperio del Bien
¿Qué importa la verdad en un mundo cuyas aspiraciones, que son únicamente materiales y sentimentales, y no intelectuales, encuentran toda satisfacción en la industria y en la moral, dos dominios en los que se prescinde muy bien, en efecto, de concebir la verdad?
René Guénon. Oriente y Occidente
Ama tu ritmo y ritma tus acciones bajo su ley, así como tus versos; eres un universo de universos y tu alma una fuente de canciones. La celeste unidad que presupones hará brotar en ti mundos diversos, y al resonar tus números dispersos pitagoriza en tus constelaciones. Escucha la retórica divina del pájaro del aire y la nocturna irradiación geométrica adivina; mata la indiferencia taciturna y engarza perla y perla cristalina en donde la verdad vuelca su urna.
Rubén Darío
Hay dos maneras de conocer, que los místicos llaman Meditación y Contemplación. La Meditación es aquel enlace de razonamientos por donde se llega a una verdad, y la Contemplación es la misma verdad deducida cuando se hace substancia nuestra, olvidado el camino que enlaza razones a razones, y pensamientos con pensamientos.
Ramón María del Valle-Inclán. La lámpara maravillosa
Los verdaderos secretos son secretos porque nadie los entiende.
Carl Gustav Jung. La psicología del yoga Kundalini
Una vez te aconsejé ir ligero de equipaje. Me equivoqué: es desnudo como se nace y se muere. Es en tu desnudez como te reconocerá el custodio del camino. No importa si te avergüenzas o no de ti mismo: la clave es que jamás te escondas.
Jaime Buhigas. Laberintos
Ciertamente, supuesto que no tengo razón alguna para creer que haya algún Dios engañador, y que no he considerado aún ninguna de las que prueban que hay un Dios, los motivos de duda que sólo dependen de dicha opinión son muy ligeros y, por así decirlo, metafísicos. Mas a fin de poder suprimirlos del todo, debo examinar si hay Dios, en cuanto se me presente la ocasión, y, si resulta haberlo, debo también examinar si puede ser engañador; pues, sin conocer esas dos verdades, no veo cómo voy a poder alcanzar certeza de cosa alguna.
Y para tener ocasión de averiguar todo eso sin alterar el orden de meditación que me he propuesto, que es pasar por grados de las nociones que encuentre primero en mi espíritu a las que pueda hallar después, tengo que dividir aquí todos mis pensamientos en ciertos géneros, y considerar en cuáles de estos géneros hay, propiamente, verdad o error.
René Descartes. Meditaciones metafísicas