Siempre buscaremos en los escritores, y en particular en los novelistas, un fragmento de la verdad de este mundo al que somos arrojados y que nos angustia.
Bernard Maris. Houellebecq economista
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
Siempre buscaremos en los escritores, y en particular en los novelistas, un fragmento de la verdad de este mundo al que somos arrojados y que nos angustia.
Bernard Maris. Houellebecq economista
—Solo puedo decirte que el que ignora quién es, y para qué ha nacido, y en qué mundo está y con qué compañeros, y qué es lo bueno, lo malo, lo honesto y lo torpe, y no comprende un razonamiento ni una demostración, ni qué es verdadero o qué es falso, ni puede discernirlo, no deseará de acuerdo con la naturaleza, ni rechazará, ni sentirá impulsos, ni se aplicará; no asentirá, no negará, no suspenderá el juicio; en total, irá de un lado a otro sordo y ciego pareciendo ser alguien, pero sin ser nadie.
Epicteto. Disertaciones por Arriano
A cada argumento que establezca dogmáticamente algo, opongamos un argumento que plantee el tema de forma dogmática, que sea equivalente en cuanto a credibilidad o no credibilidad y lo contradiga.
Sexto Empírico. Esbozos pirrónicos
La valía del ser humano no reside en la verdad que uno posee o cree poseer, sino en el sincero esfuerzo que realiza para alcanzarla. Porque las fuerzas que incrementan su perfección sólo se amplían mediante la búsqueda de la verdad, no mediante su posesión. La posesión aquieta, vuelve perezoso y soberbio.
Gotthold Ephraim Lessing
Aunque uno siempre es la misma persona, no siempre nos comprendemos a nosotros mismos, sino que a menudo nos equivocamos hasta haber adquirido en cierto grado el verdadero conocimiento de uno mismo.
Arthur Schopenhauer. El Arte de ser feliz
De igual modo que hay una honradez de la voluntad, hay una honradez del entendimiento: estudiar a fondo las cosas y saber cambiar desinteresadamente de opinión.
Santiago Ramón y Cajal. Charlas de café
Nada odia más el fanático que al audaz contradictor de su verdad; porque, por más que alardee de imparcial, allá en el fondo de su conciencia no está muy seguro de aquella y mira con horror a cuantos le disputan el tesoro de su fe, a la que debe, aparte la tranquilidad del ánimo, el inestimable don del ahorro del pensamiento. De mí se puede decir que, por haber olvidado este consejo -harto vulgar por otra parte-, he perdido docenas de amigos. Aunque bien miradas las cosas, ¿merecen el nombre de tales quienes, en su intransigencia dogmática, pretenden arrebatarnos el excelso privilegio de discurrir por cuenta propia?
Santiago Ramón y Cajal. Charlas de café
¿Quién hay que tenga valor para decirse la verdad a sí mismo? ¿Quién es el que, metido entre la multitud de aduladores, no se lisonjeó?
Séneca. De la tranquilidad del ánimo
La plaza pública está llena de bufones alborotadores, ¡y el pueblo se vanagloria de sus grandes hombres! Para él son los señores del momento. Pero el momento les apremia; por eso ellos te apremian a su vez. Exigen de ti un sí o un no. ¡Desgraciado de ti si quieres colocar tu asiento entre un pro y un contra! No te sientas celoso de los espíritus impacientes o absolutos, ¡oh amante de la verdad! Hasta ahora nunca ha ido la verdad a cogerse del brazo de los intransigentes. Deja a estas gentes precipitadas y retorna a tu tranquilidad de espíritu; únicamente en la plaza pública se ve uno exaltado por los «sí» o por los «no».
Friedrich Nietzsche. Así habló Zaratrusta
Muchas afirmaciones y negaciones nacen porque la naturaleza de las palabras se acomoda a ello, pero no la naturaleza de las cosas; por eso, si ignoráramos esto, tomaríamos fácilmente lo falso por lo verdadero.
Baruch Spinoza. Tratado de la reforma del entendimiento