Ningún placer es perjudicial por sí mismo, pero a veces los medios que nos conducen a ellos nos procuran más preocupaciones que placer.
Epicuro. Epicureísmo: La filosofía del jardín
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Los deseos insatisfechos
Los deseos insatisfechos que no nos duelen demuestran así que tampoco son necesarios. Aunque parezcan difíciles de alcanzar y nos amenacen con frustrarnos, es facilísimo apartar la atención de ellos. Epicuro. Epicureísmo: La filosofía del jardín
Apenas tiñe la carne
Cuando suprimimos el dolor provocado por la necesidad, el placer no crece de manera incesante, sino que apenas tiñe la carne. Cuando la razón se decide a investigar las causas de su necesidad y de sus miedos, el placer se incrementa sin sobrepasar jamás sus límites. Epicuro. Epicureísmo: La filosofía del…
Por necedad humana
Si nos afanamos por satisfacer deseos naturales cuya insatisfacción no nos perjudica, es que nos hemos dejado arrastrar por la opinión; y si una vez entendido esto no nos desentendemos de ellos, solo podemos atribuirlo a la necedad humana. Epicuro. Epicureísmo: La filosofía del jardín