Este es el grito de la carne: no tener hambre, no tener sed, no tener frío; quien tenga y confíe contenerlo, podría rivalizar incluso con Zeus en felicidad. Además los alimentos sencillos proporcionan igual placer que una comida de lujo, una vez que se elimina del todo el dolor por la necesidad, y pan y agua procuran el máximo placer cuando los toma quien los necesita.
Epicuro. Carta a Meneceo