No hay hombre por “salvaje” y “primitivo” que sea, que actúe contra sus propios instintos, u obedezca “sin saberlo” una ley que astutamente se siente inclinado a eludir o voluntariamente a desafiar; o que actúe espontáneamente en forma contraria a todos sus apetitos e inclinaciones.
Bronisław Malinowski. Crimen y costumbre en la sociedad salvaje