Si la dimensión de la pertenencia es lo que ofrece a la vida su identidad asociando la vida al sentido, el empuje a la diferenciación, la necesidad de desear un deseo que de verdad sea el propio deseo, es una fuerza que aleja del núcleo familiar, es antifamiliaridad, es errancia, es desarraigo.
Massimo Recalcati. ¿Qué queda del padre?