Para que haya diferenciación y subjetivación de la propia libertad es necesario reconocer la base sobre la que esta libertad se ha constituido como posible. Si esta base no es asumida, si la deuda simbólica no es reconocida, la libertad se reduce simplemente a la ausencia de vínculos, y corre el riesgo de precipitarse en un narcisismo sin porvenir.
Massimo Recalcati. ¿Qué queda del padre?