Así, quien se ha elevado por encima del cesto de la limosna y, no contento con vivir perezosamente de retazos de opiniones mendigadas, pone sus propios pensamientos a trabajar, para encontrar y seguir la verdad, no echará de menos (en lo que sea que se encienda) la satisfacción del cazador; cada momento de su búsqueda recompensará sus esfuerzos con algún deleite; y tendrá razones para pensar que su tiempo no ha sido mal empleado, aun cuando no pueda jactarse de ninguna gran adquisición.
John Locke. Ensayo sobre el entendimiento humano