No se tiene ya ningún temor de Dios, y se da a entender que todo sea librado a la medida humana. Esta Hybris, o sea, estrechez de conciencia, es siempre el camino más corto al asilo de alienados.
Carl Gustav Jung. El secreto de la flor de oro
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
No se tiene ya ningún temor de Dios, y se da a entender que todo sea librado a la medida humana. Esta Hybris, o sea, estrechez de conciencia, es siempre el camino más corto al asilo de alienados.
Carl Gustav Jung. El secreto de la flor de oro
El hombre de cultura se cree, claro está, inmensamente elevado por encima de esas cosas. Pero a menudo se halla, durante su vida entera, identificado con los padres, identificado con sus afectos y prejuicios, y afirma del otro, impúdicamente, lo que no quiere ver en sí mismo. Precisamente tiene todavía también un resto de inconsciencia inicial, es decir, de indiferenciación de sujeto y objeto.
En virtud de esa inconsciencia es afectado mágicamente por incontables hombres, cosas y circunstancias, o sea, incondicionalmente influido; está colmado casi tanto de contenidos perturbadores como el primitivo, y por consiguiente emplea igual cantidad de magia apotropéyica. Pero sus prácticas mágicas no las realiza más con bolsitas medicinales, amuletos y sacrificios animales, sino con remedios para los nervios, neurosis, “ilustración”, cultos de la voluntad, etc.
Carl Gustav Jung. El secreto de la flor de oro
Es un hecho el que ciertas ideas se dan casi en todas partes y en todos los tiempos, y que hasta pueden aparecer de por sí y espontáneamente con entera independencia de la migración y la tradición. No son hechas por el individuo, sino que ocurren y aún irrumpen en la conciencia individual.
Carl Gustav Jung. Psicología y religión
No es simplemente el neurótico cuya mano derecha ignora lo que hace la mano izquierda. Ese conflicto es un síntoma de una inconsciencia general que es la innegable herencia común de toda la humanidad.
Carl Gustav Jung. El hombre y sus símbolos
También nosotros podemos llegar a disociarnos y perder nuestra identidad. Podemos estar poseídos y alterados por el mal humor o hacernos irrazonables e incapaces de recordar hechos importantes nuestros o de otros, de tal modo que la gente pregunte: “Pero ¿qué demonios te pasa?”. Hablamos acerca de ser capaces de “dominarnos”, pero el autodominio es una virtud rara y notable. Podemos creer que nos dominamos; sin embargo, un amigo fácilmente puede decirnos cosas acerca de nosotros de las cuales no sabemos nada.
Carl Gustav Jung. El hombre y sus símbolos
El fruto es ciego. Es el árbol el que ve.
René Char
A la luz de este punto de vista, no tenemos otra alternativa que admitir que la servidumbre, con la cual la libertad es medida, debe ser mantenida con ella, es decir, que el aspecto de la verdad fuera del cual parece emerger la noche, la oscuridad de nuestro tiempo, es tan poco renunciable como el progreso subjetivo del hombre. De este modo, las dos fuentes de la conciencia del hombre son inseparables, no como un aspecto inerte sino como un aspecto viviente y complementario, un aspecto de aquel principio de complementariedad mediante el cual Niels Bohr ha buscado unir el cuanto y la onda, que constituyen la verdadera fábrica de radiante energía vital.
Werner Heisenberg. Física y filosofía
Hay algo impresionante en las leyes básicas de los cristales. No son en ningún sentido un descubrimiento de la mente humana; simplemente ‘son’, existen de manera bastante independiente de nosotros. Lo máximo que el hombre puede hacer es tomar conciencia, de una manera momento de claridad, que están ahí, y tomar conciencia de ellos.
Maurits C. Escher
Aprender de uno mismo significa tener la capacidad de observarse y de deducir, a partir de la observación, el estado en el cual funcionamos y lo que necesitamos corregir del mismo. Para poder observar nuestro interior, la herramienta fundamental es la concentración.
Jacobo Gringberg Zylberbaum. Fluir en el sin yo
Dado que lo reprimido no queda jamás desterrado, sino que se limita a permanecer latente, reuniendo fuerzas, o bien se infiltra hacia la superficie en formas disimuladas, en la actualidad presenciamos una irrupción creciente de trascendencia reprimida, que va tomando la forma de interés por la meditación, los fenómenos psíquicos, el yoga, las religiones orientales, los estados alterados de conciencia, el biofeedback, las experiencias extracorporales y los estados próximos a la muerte.
Y, como ha estado generalmente reprimida durante todo tiempo, esta avidez de trascendencia asume, en ocasiones, formas extrañas o exageradas, como pueden ser la magia negra, el ocultismo, el abuso de las drogas psicodélicas y la adoración del gurú.
Ken Wilber. La conciencia sin fronteras