El hombre que no conoce más que su propia opinión, no conoce gran cosa.
John Stuart Mill. Sobre la libertad
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
El hombre que no conoce más que su propia opinión, no conoce gran cosa.
John Stuart Mill. Sobre la libertad
Otra singularidad: creen no pecar de infalibilidad al reconocer que la discusión debe ser libre en cualquier asunto que pueda parecer dudoso, y, al mismo tiempo piensan que hay doctrinas y principios que deben quedar libres de discusión, porque son ciertos, es decir, porque ellos poseen la certeza de que tales principios y doctrinas son ciertos. Tener por cierta una proposición, mientras existe alguien que negaría su certeza si se le permitiera hacerlo, pero que no se le permite, es como afirmar que nosotros, y los que comparten nuestra opinión, somos los jueces de la certeza, aunque jueces que no escuchan a la parte contraria.
John Stuart Mill. Sobre la libertad
Las creencias de la humanidad que cuentan con mayores garantías, no poseen más protección que una invitación constante al mundo entero a demostrar su falta de Verdad. Si el reto no es aceptado, o si lo es y se fracasa en la pugna, será que estamos todavía bastante lejos de la certeza absoluta, pero, al menos, habremos hecho todo lo que es permisible al estado actual de la razón humana; no habremos desatendido nada de lo que nos pudiera dar alguna luz en el esclarecimiento de la verdad.
John Stuart Mill. Sobre la libertad
Existe una gran diferencia entre presumir que una opinión es verdadera, porque a pesar de todas las tentativas hechas para refutarla no se consiguió, y afirmar la verdad de ella a fin de no permitir que se la refute. La libertad completa de contradecir y desaprobar nuestra opinión es la única condición que nos permite admitir lo que tenga de verdad en relación a fines prácticos; y un ser humano no conseguirá de ningún otro modo la seguridad racional de estar en lo cierto.
John Stuart Mill. Sobre la libertad
No podemos vivir en un mundo que es interpretado para nosotros por otras personas. Un mundo interpretado no es una esperanza. Parte de nuestro miedo es recuperar nuestra propia habilidad para escuchar. Para usar nuestra propia voz. Para ver nuestra propia luz.
Hildegarda de Bingen. Physica
Y es frecuente que entre dos personas que conversan, al parecer con gran intimidad, y en el seno de la mayor confianza, hablan de todo menos de aquello que más inquieta y preocupa a ambos. Les preside y anuda su comunión espiritual una idea, un sentimiento, y de todo hablan menos de ese sentimiento, de esa idea común que les une. Los junta un secreto y ambos se lo callan, porque es la mejor manera de que les junte.
Miguel de Unamuno. En torno al casticismo: y otros ensayos
La gente organiza su cabeza conversando. Y si no tienen a nadie para contarle su historia, pierden la cabeza. Son como personas que van acumulando objetos de forma compulsiva y no pueden deshacerse de nada ellas solas. Se requiere el aporte de la comunidad para mantener la integridad de la psique individual o, dicho de otra forma, es necesario todo un pueblo para organizar una sola cabeza.
Jordan Peterson. 12 reglas para vivir: un antídoto al caos
La gran mayoría de nosotros no sabe escuchar; nos vemos obligados a evaluar, porque escuchar es muy peligroso. En primer lugar hace falta valentía y no siempre la tenemos.
Carl Rogers. ETC: A Review of General Semantics