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Así se aprende

Frases y fragmentos de libros que te harán pensar

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Frases y fragmentos de libros que te harán pensar

Tema: Otredad

Deshacer la polaridad

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Todo extremo padece a su vez la extraña contradicción de parecerse extraordinariamente a su opuesto, siendo formalmente distintos. Dicho de otro modo: los extremos son análogos. Es el misterioso vínculo entre ambos el que deshace la polaridad. 

Jaime Buhigas. La sinfonía del universo

El mecanismo básico de la proyección

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El mecanismo básico de la proyección como tal es, pues, bastante simple. Un impulso (enfado, deseo o lo que sea) que surge en uno y que, naturalmente, apunta al medio, cuando es proyectado, aparece como un impulso que se originase en el medio y que apuntara hacia uno. Es un efecto de bumerang, y uno acabará zurrándose con su propia energía. Ya no pugna por actuar, se siente empujado a actuar. Ha puesto el impulso al otro lado de la demarcación entre lo que uno es y lo que uno no es, y entonces, naturalmente, el impulso le ataca desde afuera, en vez de ayudarle a atacar al medio.

Ken Wilber. La conciencia sin fronteras

Una causa común

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¿Qué sería de nosotros sin los otros? Pero cuando cerramos filas en el seno de un grupo con una causa común se ponen de manifiesto los altibajos derivados de sacrificar los intereses de unos pocos por los de muchos. 

Blake Snyder. ¡Salva el gato! Va el cine

Unirse a los demás o no

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Allí donde se congrega un grupo, florece un negocio o se reúne una familia, surge ese enigma. Unirse a los demás o no, hacer las cosas a la manera del grupo o a mi manera.

Blake Snyder. ¡Salva el gato! Va el cine

Una reflexión responsable

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Un desacuerdo explicativo constituye una invitación a una reflexión responsable acerca de la coexistencia y no a una negación irresponsable del otro.

Humberto Maturana

Trazar un límite mental

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Cuando uno responde a la pregunta «¿Quién soy?», sucede algo muy simple. Cuando describe o explica quién «es», incluso cuando se limita a percibirlo interiormente, lo que en realidad está haciendo, a sabiendas o no, es trazar una línea o límite mental que atraviesa en su totalidad el campo de la experiencia, y a todo lo que queda dentro de ese límite lo percibe como «yo mismo» o lo llama así, mientras siente que todo lo que está por fuera del límite queda excluido del «yo mismo». En otras palabras, nuestra identidad depende totalmente del lugar por donde tracemos la línea limítrofe. 

Ken Wilber. La conciencia sin fronteras

Tres posibilidades

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Al hombre siempre se le abrían tres posibilidades ante el encuentro con el Otro: podía elegir la guerra, aislarse tras una muralla o entablar un diálogo.

Ryszard Kapuściński. Encuentro con el Otro

La cultura de la hospitalidad

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¡Cuán diferente la imagen del Otro en la época de las creencias antropomórficas, cuando los dioses podían adoptar el aspecto humano y comportarse como personas! En aquellos tiempos, nunca se sabía si era dios u hombre el viajero o el peregrino que se acercaba. Esta inseguridad, esta intrigante ambivalencia, constituye una de las fuentes de la cultura de la hospitalidad, que exige un trato magnánimo al visitante, cuya naturaleza no acaba de ser reconocible.

Ryszard Kapuściński. Encuentro con el Otro

Nos hemos asestado demasiados golpes

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La experiencia humana demuestra que en un primer momento el hombre, por un reflejo, reacciona ante el Otro con desconfianza, recelo, aprensión y a veces incluso con hostilidad. Todos nosotros, miembros del género humano, a lo largo de la historia nos hemos asestado demasiados golpes, nos hemos infligido demasiado dolor, para que las cosas sean de otra manera. De ahí que civilizaciones enteras se distinguieran por su sentimiento de excepcionalidad y su ostracismo frente al Otro.

A los no griegos, los griegos los llamaban bárbaros, es decir, seres que emitían balbuceos incomprensibles; y como no había manera de entenderlos, más valía mantenerlos a distancia. A distancia y en inferioridad. Para separarse de los Otros, los romanos levantaban sus limes, grandes redes de fronteras fortificadas. A los que llegaban de ultramar los chinos los llamaban Yang Kui, o sea, monstruos marinos, y también intentaban mantenerlos a raya.

Ryszard Kapuściński. Encuentro con el Otro

El hombre espera la semejanza

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Por instinto, todo hombre supone que su constitución psíquica, por personal que sea, pertenece a la «condición humana» y que cada uno, dentro del conjunto, es semejante a los demás, es decir, a él mismo. El hombre espera esta semejanza de su mujer; la mujer, del hombre; los padres, de los hijos; los hijos, de los padres, etc. Es como si cada uno mantuviera con su mundo interior las relaciones más inmediatas, íntimas y pertinentes, y como si el alma personal representara al alma de toda la humanidad, de suerte que no hubiera obstáculo en conferir, por generalización, un valor universal a lo que se encuentra en sí mismo. El sujeto es presa de un asombro sin límites, se siente entristecido, asustado e incluso exasperado cada vez que esta regla no se confirma manifiestamente, es decir, cada vez que descubre que otro ser es realmente otro. 

Carl Gustav Jung. Los complejos y el inconsciente

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