La tiranía de la mayoría se incluye ya dentro de las especulaciones políticas como uno de esos males contra los que la sociedad debe mantenerse en guardia.
John Stuart Mill. Sobre la libertad
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
La tiranía de la mayoría se incluye ya dentro de las especulaciones políticas como uno de esos males contra los que la sociedad debe mantenerse en guardia.
John Stuart Mill. Sobre la libertad
El pueblo que ejerce el poder no es siempre el mismo pueblo sobre el que se ejerce, y el gobierno de sí mismo, de que se habla, no es el gobierno de cada uno por sí mismo, sino de cada uno por los demás. La voluntad del pueblo significa, en realidad, la voluntad de la porción más numerosa y activa del pueblo, de la mayoría, o de aquellos que consiguieron hacerse aceptar como tal mayoría. Por consiguiente, el pueblo puede desear oprimir a una parte de sí mismo, y contra él son tan útiles las precauciones como contra cualquier otro abuso del poder. Por esto es siempre importante conseguir una limitación del poder del gobierno sobre los individuos, incluso cuando los gobernantes son responsables de un modo regular ante la comunidad, es decir, ante la parte más fuerte de la comunidad.
John Stuart Mill. Sobre la libertad
La cuestión es: ¿puede hacernos gracia el humor ácido cuando viene avalado por el propio poder? Basta tirar del hilo para preguntarnos si algún día, rebasando un punto las ficciones de Orwell, dispondremos de un Ministerio del Humor.
Jorge Freire. Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
Nos resulta intolerable que un pensamiento erróneo exista en alguna parte del mundo, por muy secreto e inocuo que pueda ser. Ni siquiera en el instante de la muerte podemos permitir alguna desviación. Antiguamente, el hereje subía a la hoguera siendo aún un hereje, proclamando su herejía y hasta disfrutando con ella. Incluso la víctima de las purgas rusas se llevaba su rebelión encerrada en el cráneo cuando avanzaba por un pasillo de la prisión en espera del tiro en la nuca.
Nosotros, en cambio, hacemos perfecto el cerebro que vamos a destruir. La consigna de todos los despotismos era: «No harás esto o lo otro». La voz de mando de los totalitarios era: «Harás esto o aquello». Nuestra orden es: «Eres».
George Orwell. 1984
En el corazón mismo de la tiranía existen esfuerzos por racionar el pensamiento, por constreñirlo a lo permitido; existen canales restringidos. El pensamiento anárquico, juguetón, despilfarrador es lo que más temen los regímenes totalitarios.
George Steiner. Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento
Pero cuando la autoridad se emplea con cierta dulzura, agregándole primas y recompensas, es terriblemente desmoralizadora. En este caso, las gentes no se dan cuenta de la opresión atroz ejercida sobre ellas, y llegan al final de su vida en una especie de bienestar grosero, como animales domésticos, sin comprender que piensan con ideas ajenas, que viven conforme a un ideal concebido por otros y que, en definitiva, llevan, por decirlo así, ropas de ocasión y no son nunca, ni un solo instante, ellas mismas.
Oscar Wilde. El alma del hombre bajo el socialismo
Cuando haces el amor gastas energías y después te sientes feliz y no te importa nada. No pueden soportarlo que te sientas así. Quieren que estés a punto de estallar de energía todo el tiempo. Todas estas marchas arriba y abajo vitoreando y agitando banderas no es más que sexo agriado. Si eres feliz dentro de ti mismo, ¿por qué te ibas a excitar por el Gran Hermano y el Plan Trienal y los Dos Minutos de Odio y todo el resto de su porquería?
George Orwell. 1984
En vez de limpiar su propio corazón, el fanático trata de limpiar el mundo.
Joseph Campbell. El héroe de las mil caras
En un mundo poblado por siervos dedicados a avanzar por tierra, saltar los árboles era para los nobles una receta segura de libertad. Los barones de hoy tienen el privilegio de comportarse de una manera semejante, manteniendo a los sucesores de los siervos en su lugar, y esa inmovilidad forzosa que los ata al suelo es la que permite a los barones seguir saltando. Por profunda y terrible que sea la miseria de los siervos, no tienen contra quién rebelarse, y, de rebelarse, tampoco lograrían alcanzar a los ágiles y movedizos destinatarios de esa rebelión.
Zygmunt Bauman. Modernidad líquida
Dominan las personas que consiguen mantener sus actos en libertad, sin regulación y, por lo tanto, impredecibles, mientras regulan normativamente (rutinizan, es decir, vuelven monótonos, repetitivos y predecibles) los actos de otras personas. Las personas que tienen las manos libres dominan a las personas que tienen las manos atadas; la libertad de las primeras es la causa principal de la falta de libertad de las segundas, y la falta de libertad de las segundas es el sentido último de la libertad de las primeras.
Zygmunt Bauman. Modernidad líquida