Así pues, el individuo bien informado, cada vez que siente alguna forma de presión–procedente de su jefe, su cónyuge, la escuela, los amigos, sus socios o sus hijos–, aprende a usar esos sentimientos como señal de que tiene cierta energía, algún impulso del que en ese momento no es consciente. Aprende a traducir «me siento presionado» como «tengo más impulso de lo que creía». Una vez se da cuenta de que todos los sentimientos de presión son impulsos suyos que no había advertido, ya puede decidir si actúa siguiendo su impulso o si posterga la acción. Pero, haga lo que haga, finalmente sabe que el impulso es suyo.
Ken Wilber. La conciencia sin fronteras