Dado que lo reprimido no queda jamás desterrado, sino que se limita a permanecer latente, reuniendo fuerzas, o bien se infiltra hacia la superficie en formas disimuladas, en la actualidad presenciamos una irrupción creciente de trascendencia reprimida, que va tomando la forma de interés por la meditación, los fenómenos psíquicos, el yoga, las religiones orientales, los estados alterados de conciencia, el biofeedback, las experiencias extracorporales y los estados próximos a la muerte.
Y, como ha estado generalmente reprimida durante todo tiempo, esta avidez de trascendencia asume, en ocasiones, formas extrañas o exageradas, como pueden ser la magia negra, el ocultismo, el abuso de las drogas psicodélicas y la adoración del gurú.
Ken Wilber. La conciencia sin fronteras