¿Llegarás a ser algún día, alma mía, buena, recta, uniforme, desnuda, más patente a todos que el cuerpo que te envuelve? ¿Empezarás a complacerte en la benevolencia y el amor para con todo? ¿Te hallarás satisfecha alguna vez, sin necesidad de nada, sin ansias, sin codiciar cosa alguna animada ni inanimada para goce de tus placeres, sin desear una prórroga para disfrutarlos más tiempo, ni otro lugar, otra región u otro clima más benigno, ni una sociedad más adaptada a tu genio? Antes bien, ¿te contentarás con tu presente situación, tendrás gusto en cuanto te acontece ahora? ¿Te persuadirás a ti misma que todo te va bien?
Marco Aurelio. Meditaciones