La palabra zombi nos transporta de inmediato a las películas, con muertos vivientes o infectados, que pululan con paso tambaleante por la calle, buscando cerebros, o lo que pillen para comer.
Los zombis del cine actual no piensan, ni tampoco sienten, pero los seres humanos somos más parecidos al origen haitiano de los zombis, cuando era la magia negra la que los sometía y los convertía en esclavos de otro ser humano que movía a su antojo sus cuerpos.
Con una gran diferencia, eso sí, la gran mayoría de las personas que hoy viven como zombis, eligen serlo por voluntad propia o, como mínimo, no se oponen para evitar que la zombificación ocurra.
Desde anestesiarnos con distracciones, para no sentir dolor, hasta renunciar a la libertad y la capacidad de decisión, por miedo al error o al fracaso, son muchas las formas de vivir como un zombi y tampoco son nuevas. Además, todas tienen algo en común; a la larga no evitan el sufrimiento, más bien al contrario.
Séneca ya hablaba de ellas, aunque en otros términos, y daba algunas soluciones. Estas son las 7 frases de Séneca para no vivir como un zombi. No son fáciles de aplicar, pero vale la pena intentarlo.
Perecemos por el ejemplo de los demás; nos salvaremos si nos separamos de la masa.
Séneca. Sobre la felicidad
Nada importa, pues, más que no seguir, como ovejas, el rebaño de los que nos preceden, yendo así, no a donde hay que ir, sino a donde se va. Y ciertamente nada nos envuelve en mayores males que acomodarnos al rumor, persuadidos de que lo mejor es lo admitido por el asentimiento de muchos, tener por buenos los ejemplos numerosos y no vivir racionalmente, sino por imitación.
Séneca. Sobre la felicidad
A veces toca preguntarse: ¿esta decisión es mía o solo estoy siguiendo lo que dicta la mayoría? ¿Esto tiene sentido para mí o no? Por más popular que sea.
El que persigue el placer pospone a él todas las cosas, y lo primero que descuida es su libertad, que sacrifica por el vientre; y no compra los placeres para sí mismo, sino que se vende a los placeres.
Séneca. Sobre la felicidad
¿Qué placeres te dominan? ¿Alguno te está causando problemas o dolor? Entonces ya no es un placer, es un amo.
No sé si realizaré progresos, pero prefiero la falta de éxito a la falta de fe.
Séneca. Cartas a Lucilio
Hay un dicho popular que casa muy bien con esta cita de Séneca: “Mejor hecho que perfecto”. El miedo al fracaso nos puede paralizar y convertirnos en zombis que no intentan. Atrevernos a hacer las cosas que queremos hacer, quizá no nos lleva al éxito (tal como se entiende el éxito hoy en día), pero nos mantiene vivos.
La magnitud de muchas cosas no reside en su naturaleza, sino en nuestra pequeñez.
Séneca. Cuestiones naturales
¿Qué concepto tienes de ti mismo? ¿Te sientes poca cosa? Inténtalo de todas formas, quizá ese objetivo no es tan inalcanzable, sino que tu visión sobre tus capacidades está distorsionada. En cualquier caso, solo podrás saberlo si te pones a prueba.
Amamos a nuestros vicios, y por esto los defendemos, y preferimos excusarlos a combatirlos. La Naturaleza ha dado al hombre bastante fuerza, si sabemos usarla, si recogemos nuestras energías y las excitamos a luchar por nosotros, o, por lo menos, no contra nosotros. La falta de voluntad es la causa; la falta de fuerza, el pretexto.
Séneca. Cartas a Lucilio
¿No puedes o no quieres? Responder con sinceridad a esta pregunta supone un gran cambio. Lo que quieres de verdad tiene más que ver con lo que haces que con lo que dices… o te dices.
Todos estamos atados a la fortuna; pero la cadena de unos es de oro y floja, la de otros estrecha y abatida. Pero ¿de qué importancia es esta diferencia, si es una misma la cárcel en que estamos todos, estando también presos en ella los mismos que hicieron la prisión?
Séneca. De la tranquilidad del ánimo
Tener más no siempre significa ser más libre. Puede facilitar las cosas, pero son muchos los que renuncian a su libertad a pesar de tener la vida resuelta. La cárcel es la misma para todos: reaccionar al entorno en lugar de asumir la responsabilidad de ser parte activa de lo que nos ocurre, para bien y para mal.
En definitiva, ser un zombi. Ser o no ser un zombi, ¡esa es la cuestión!
¿ Por qué te admiras de que los viajes no te aprovechan para nada si por todas partes vas contigo mismo? Va en pos de ti la misma causa que te empujaba a marcharte. ¿De qué puede servir la novedad de las tierras, el conocimiento de ciudades y países? Todos…