Las técnicas ascéticas de renunciación del mundo han cedido el paso a métodos que supuestamente consiguen al mismo tiempo triunfos materiales y calma interior, éxito y serenidad, energía y tranquilidad. En pocas palabras, una felicidad interior que ya no exige ascesis ni renunciaciones inaceptables de lo exterior, sea lo que fuere (bienestar material, eficacia profesional, sexo, diversiones). El individuo aspira a la ligereza sin cambiar realmente de estilo de vida. Aligerar las vivencias, pero sin esfuerzo espiritual permanente, sin la disciplina de la vida ascética, sin perder las ventajas del mundo moderno: al día de hoy, el yoga y la meditación hacen furor entre los ejecutivos de la City en cuanto técnicas de mindfulness para combatir el estrés y el agotamiento en el trabajo, aumentar la concentración y favorecer una productividad óptima. Lo que significa que el regreso de lo religioso y de las sabidurías antiguas no expresa tanto un «cambio de paradigma» como la prolongación del espíritu de eficacia y del consumismo por otros medios.
Gilles Lipovetsky. De la ligereza