Nuestra sociedad actual sí tiene una moral, todas la tienen, y se llama emotivismo. El emotivismo es una filosofía que consiste en la adscripción de un valor moral supremo -en sí mismo- al sentimiento o a la emoción. Para un emotivista la razón por la que estoy contigo es porque te quiero, de modo que cuando ya no te quiera, ya no tengo ninguna razón para estar contigo. […] Voto a ese partido porque mis padres eran de ese partido. Soy de ese equipo porque nací en esa ciudad. Aborto porque ahora no me viene bien tener hijos. Me divorcio porque lo nuestro se acabó, y así sucesivamente.
Para el emotivista no existe el compromiso, ni el bien común, ni el sentido social, ni la transcendencia, solo el amor, la comodidad o la conveniencia: los supremos amos. El emotivismo es uno de los enemigos más feroces que tiene la colectividad, bajo su disfraz de individualismo y hegemonía del hombre sobre el cuerpo social.
Francisco Traver. Consejos al joven terapeuta