Skip to content
Así se aprende

Frases y fragmentos de libros que te harán pensar

Así se aprende

Frases y fragmentos de libros que te harán pensar

Autor: Cicerón

La facilidad de palabra

Posted on

Muchas veces me he preguntado si la facilidad de palabra y el excesivo estudio de la elocuencia no han causado mayores males que bienes a hombres y a ciudades.

Cicerón. La invención retórica

Un hombre contra otro

Posted on

En la misma línea, así como de la cooperación y acuerdo de los hombres obtenemos grandes provechos, así también no hay desgracia tan abominable que no pueda provenir de un hombre contra otro.

Cicerón. Los deberes

Agitación y discordia

Posted on

De hecho, quienes se ocupan de una parte de los ciudadanos y descuidan a otra introducen en la ciudad algo muy dañino: agitación y discordia; de aquí se deriva que a unos se les tiene por hombres del pueblo, a otros por partidarios de algún prócer, a pocos del conjunto.

Cicerón. Los deberes

La debilidad del juicio

Posted on

En efecto, al comienzo de la juventud, cuando mayor es la debilidad del juicio, cada uno estableció como ocupación que desarrollar la que más le atrajo; y así, se comprometió con alguna ocupación y ordenación concretas de la vida antes de ser capaz de juzgar qué era lo mejor.

Cicerón. Los deberes

La atención de recibir

Posted on

Los que se consideran adinerados, de alto rango y opulentos ni siquiera quieren verse comprometidos por una atención; antes bien, consideran que ellos han ofrecido una atención al haber aceptado algo, da igual lo grande que sea, y además sospechan que se les solicita o se espera de ellos algo.

Cicerón. Los deberes

Si nadie pudiera enterarse

Posted on

Si nadie fuera a enterarse, si nadie ni siquiera pudiera llegar a sospechar que habías hecho algo en busca de riquezas, poder, despotismo o placer, si fuera a quedar siempre desconocido para dioses y hombres, ¿lo harías?

Cicerón. Los deberes

Perderse por la codicia

Posted on

Así pues, ningún vicio hay más repulsivo —para que mis palabras vuelvan a su curso—que la codicia, sobre todo en los que hacen cabeza y en quienes rigen la república. En efecto, usar la república para enriquecimiento propio no solo es vil, sino también criminal y abominable. Y así, el oráculo que pronunció el Apolo de Delfos de que Esparta no se perdería por ningún otro motivo que por la codicia, parece una predicción no solo para los lacedemonios, sino también para todos los pueblos ricos. En cambio, quienes están al frente de la república con nada pueden granjearse más fácilmente la benevolencia de la masa que con la sobriedad y la templanza.

Cicerón. Los deberes

La protección de las ciudades

Posted on

Aunque los hombres comenzaron a reunirse por instigación de la naturaleza, sin embargo buscaban la protección de las ciudades por la esperanza de conservar sus bienes.

Cicerón. Los deberes

Vivir tal como quieras

Posted on

Además, ha habido y hay muchos que, buscando el sosiego que digo, se retiraron de la vida pública buscando el refugio de una vida retirada ; entre estos, los filósofos más reconocidos —y, de largo, los más importantes— y ciertos hombres rigurosos y serios no pudieron soportar el comportamiento ni del pueblo ni de sus gobernantes, y algunos de ellos vivieron en el campo, contentos con sus propiedades. La intención de estos era la misma que la de los reyes: no carecer de nada, no obedecer a nadie, gozar de independencia —y propio de esta es vivir tal como quieras—. Por eso, siendo esto coincidente entre los deseosos de poder y estos retirados que he dicho , los unos estiman que podrán conseguirlo si acumulan mucho poder; los otros, en cambio, si se dan por satisfechos con sus magras posesiones.

Cicerón. Los deberes

Aparentar ser varones buenos

Posted on

De toda injusticia ninguna merece mayor castigo que la de quienes, justo cuando más están faltando a ella, lo hacen para aparentar ser varones buenos. 

Cicerón. Los deberes

Entradas recientes

  • Una visión del mundo en pasado
  • Acercarse al presente como una tarea
  • Representación, no réplica
  • Una criatura de su propia máquina
  • El mito de la objetividad

Autores

TEMAS

Alma Amor Aprender Conciencia Desear Estoicismo Hacer Humanidad Identidad Individualidad Lenguaje Libertad Moral Mundo Pensar Propósito Relaciones Sociedad Trabajo Verdad Vida Éxito

Contacto
Política de privacidad
Política de cookies
©2025 Así se aprende | WordPress Theme by SuperbThemes