Política y conflicto son sinónimos. Hay política, ha explicado Jacques Rancière, cuando hay por lo menos dos ideas sobre cómo repartirse el mundo. Pero, si hay una sola, entonces hay «policía», en el sentido decimonónico de policy, police, administración ordinaria, funcionamiento bien lubricado del statu quo. Que la víctima se haya convertido en ese lubricante es a la vez una evidencia y una flagrante paradoja, cuando en puridad debería constituir su tropiezo, su escándalo, su punto de fricción. La mitología victimista es una subalternidad que perpetúa el dominio.
Daniele Giglioli. Crítica de la víctima