Estamos ansiosos por nuestro trocito de cuerpo, por nuestro trocito de propiedad, por lo que va a pensar César, pero no estamos en absoluto ansiosos por todo lo que tenemos dentro. ¿Estoy ansioso por no concebir una idea falsa? No, porque eso depende de mí. ¿O por aceptar un impulso…
Cuando sabiendo que has de hacer algo lo hagas, no rehúyas ser visto haciéndolo, aunque el vulgo sospeche de ello que es otra clase de cosa. Pues si no estás obrando correctamente, rehúye la propia acción, pero si actúas correctamente, ¿por qué temer a los que te lo afean incorrectamente?…