Estamos ansiosos por nuestro trocito de cuerpo, por nuestro trocito de propiedad, por lo que va a pensar César, pero no estamos en absoluto ansiosos por todo lo que tenemos dentro. ¿Estoy ansioso por no concebir una idea falsa? No, porque eso depende de mí. ¿O por aceptar un impulso…
Eres tú quien te conoces a ti mismo, quien sabes cuánto vales para ti mismo y en cuánto te vendes: cada uno se vende a un precio. Epicteto. Disertaciones por Arriano