También nosotros podemos llegar a disociarnos y perder nuestra identidad. Podemos estar poseídos y alterados por el mal humor o hacernos irrazonables e incapaces de recordar hechos importantes nuestros o de otros, de tal modo que la gente pregunte: “Pero ¿qué demonios te pasa?”. Hablamos acerca de ser capaces de “dominarnos”, pero el autodominio es una virtud rara y notable. Podemos creer que nos dominamos; sin embargo, un amigo fácilmente puede decirnos cosas acerca de nosotros de las cuales no sabemos nada.
Carl Gustav Jung. El hombre y sus símbolos