Muchos hombres viven dispersos por el vasto mundo, en países alejados entre sí, y poco o nada tienen en común, pero un día pasarán ante la isla de las sirenas y se ahogarán de la misma manera.
Maria Corti. El canto de las sirenas
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
Muchos hombres viven dispersos por el vasto mundo, en países alejados entre sí, y poco o nada tienen en común, pero un día pasarán ante la isla de las sirenas y se ahogarán de la misma manera.
Maria Corti. El canto de las sirenas
El amor no es el deseo entre dos personas, sino el misterio que las une.
John Fowles
Afirmar que los intereses de una persona son sacrificados cada vez que uno de sus deseos se ve frustrado es tener una visión subjetivista de los valores e intereses del ser humano. Significa creer que es correcto, moral y posible para el hombre alcanzar sus metas haciendo caso omiso de si contradicen o no los hechos de la realidad, lo cual equivale a sostener un punto de vista irracional o místico de la existencia.
Ayn Rand. La virtud del egoísmo
De lo innominado surgieron el Cielo y la Tierra; lo nombrado no es más que la madre que cría las diez mil criaturas, cada una según su especie. En verdad, «solo aquel que para siempre se libra del deseo puede ver las Esencias Secretas». El que nunca se libró del deseo sólo puede ver los Resultados.
Lao-Tse. Tao Te Ching
Así, del mismo modo que la presión es impulso proyectado, la obligación es deseo proyectado. Es decir, los sentimientos persistentes de obligación son una señal de que uno está haciendo algo que no admite que quiera hacer.
Ken Wilber. La conciencia sin fronteras
Después de ser excomulgado de la pequeña comunidad psicoanalítica, Jung intentó comprender por qué él y Freud habían discrepado tanto. ¿Cómo podía ser que tanto Freud como Adler insistieran sobre una única fuerza motivadora? Jung, al contrario, creía que tenemos múltiples instintos que nos van impulsando por la vida. La sexualidad y el deseo de poder son impulsos innatos, pero ninguno de ellos necesariamente excluye a los otros. Ni tampoco se trataba únicamente de impulsos. Siempre creyó que existía una llamada del espíritu que determinaba el curso de nuestra vida, y no pensaba que el espíritu fuera necesariamente más débil que los impulsos instintivos. Si lo fuera, nunca hubiéramos construido ninguna catedral.
Robin Robertson. Introducción a la psicología junguiana
Sabemos que preocuparnos es fútil, pero seguimos haciéndolo porque el hecho de llamarlo fútil no lo impide. Nos preocupamos porque nos sentimos inseguros y queremos la seguridad. Sin embargo, es perfectamente inútil decir que no deberíamos querer la seguridad. Aplicar insultos a un deseo no sirve para librarse de él. Lo que hemos de descubrir es que no existe la seguridad, que buscarla es doloroso y que cuando imaginamos haberla encontrado, no nos gusta.
En otras palabras, si podemos comprender realmente lo que buscamos –que la seguridad es aislamiento y lo que nos hacemos a nosotros mismos cuando la buscamos– veremos que no la queremos en absoluto. Nadie tiene que decirnos que no hemos de retener el aliento durante diez minutos. Sabemos que no nos es posible hacerlo y que el intento sería de lo más desagradable.
Alan Watts. La Sabiduría de la inseguridad
Lo eternamente real es innombrable. El nombre es el origen de todas las cosas particulares. Libre de deseo, comprendes el misterio. Atrapado en el deseo, sólo ves sus manifestaciones. Y, sin embargo, misterio manifestaciones brotan todos de la misma fuente. A esta fuente se le llama oscuridad. Oscuridad de oscuridades; he aquí la puerta a toda comprensión.
Lao-Tse. Tao Te Ching
Como aprendimos en los primeros cuentos que nos leyeron, la necesidad humana puede inspirar al indiferente, confundir al necio y deshacer lo inalterable. Y nada es más efímero (o ilusorio) que la satisfacción; nuestros deseos aumentan continuamente, impulsándonos durante horas y días y semanas y años.
David Corbett. El arte de crear personajes
En sus memorias, Jung hace una notable declaración sobre el niño. La infancia, dice, «esboza de manera más completa que la edad adulta la imagen de sí mismo, del hombre entero en su pura individualidad». Y sigue diciendo que un niño moviliza en el adulto primitivas nostalgias de los deseos no realizados que se han perdido en el proceso de adaptarse a la civilización.
Thomas Moore. El cuidado del alma