Si un hombre se figurase que yo soy su enemigo declarado y me matara, yo estaría muerto a causa de una mera imaginación. Las imaginaciones existen y pueden ser tan reales y tan nocivas y peligrosas como los estados físicos. Opino, inclusive, que los trastornos anímicos son harto más peligrosos que las epidemias o terremotos. Ni las epidemias de peste o de viruela medievales han matado a tantos hombres como ciertas discrepancias de opinión en el año 1914 o ciertos «ideales» políticos en Rusia.
Carl Gustav Jung. Psicología y religión