La mujer del siglo XXI aplica a su apetito, su cuerpo y su amor la misma autodisciplina ascética que los primeros capitalistas aplicaban a su cuenta bancaria. La mujer de estos tiempos se vuelca a la “vocación” de “tenerlo todo” de la misma manera en que los primeros capitalistas se entregaban a la “vocación” de ganar dinero. En el marco de una escena amorosa que cambia rápidamente, muchos libros de autoayuda instan a las mujeres a que transfieran al amor el mismo activismo, la misma creencia en el trabajo arduo y en las metas elevadas, el mismo deseo de ir por lo que se quiere, de salvarse, de ganar y de triunfar que los primeros capitalistas aplicaron a la construcción del capitalismo en un mercado plagado de altibajos.
Arlie Russell Hochschild. La mercantilización de la vida íntima