Sería absurdo pensar que mientras en la evaluación de todas las otras cosas se toma en cuenta tanto la calidad como la cantidad, en la evaluación de los placeres se tome en cuenta exclusivamente la cantidad.
John Stuart Mill. Sobre la libertad
Frases y fragmentos de libros que te harán pensar
Sería absurdo pensar que mientras en la evaluación de todas las otras cosas se toma en cuenta tanto la calidad como la cantidad, en la evaluación de los placeres se tome en cuenta exclusivamente la cantidad.
John Stuart Mill. Sobre la libertad
Entre temor y esperanza se ha albergado el amor, y allí vive de pensamientos y muere de olvido cuando los cimientos están sobre los deleites y placeres de este mundo.
Ramon Llull. Libro del amigo y del amado
El botín del reciente imperialismo tecnológico ha sido enorme; pero mientras tanto la némesis se ha encargado de que tuviéramos los disgustos con los gustos. Por ejemplo: la posibilidad de viajar en diez horas de Nueva York a Los Ángeles, ¿ha dado a la raza humana un placer superior al dolor producido por el lanzamiento de bombas y fuego? No hay método conocido para computar la cantidad de felicidad o bondad esparcida por el mundo.
Lo que es obvio, sin embargo, es que las ventajas obtenidas por recientes adelantos tecnológicos —o, según la fraseología griega, por recientes actos de la húbris dirigidos contra la Naturaleza— van generalmente acompañadas de correspondientes desventajas, que las ganancias en una dirección llevan aparejadas pérdidas en otras direcciones, y que cuando obtenemos algo es siempre por algo. Nunca podemos determinar si el resultado neto de estos laboriosos asientos de debe y haber es un auténtico Progreso en virtud, felicidad, caridad e inteligencia. Por no poder determinarse nunca la realidad del Progreso, los siglos XIX y XX tuvieron que tratarlo como un artículo de fe religiosa.
Aldous Huxley. La filosofía perenne
El intelecto quiere saber; al alma le gusta que la sorprendan. El intelecto, que mira hacia fuera, desea la ilustración y el placer de un ardiente entusiasmo. El alma, siempre recogida en su interior, busca la contemplación y la vivencia, más sombría y misteriosa, del mundo subterráneo.
Thomas Moore. El cuidado del alma
Lo lamentable es que la sociedad está edificada sobre unos cimientos tales, que el hombre se vea forzado a una rutina, con lo cual no puede desarrollar libremente lo que en él hay de maravilloso, fascinante, exquisito, ni puede tampoco, por eso mismo, sentir el verdadero placer, el goce de vivir.
Oscar Wilde. El alma del hombre bajo el socialismo
Huya usted del remordimiento cuando se sienta tentada a pecar, señorita Eyre, porque el remordimiento es el veneno de la vida.
Charlotte Brontë. Jane Eyre
Las cosas de las que más se habla son las que menos existen. La ebriedad, el goce, existen.
Arthur Schnitzler. La ronde
«¡Una nueva servidumbre! Tiene posibilidades —me dije para mí, pues no hablé en voz alta—. Sé que las tiene, porque no parece demasiado atractivo. No se parece a palabras como Libertad, Emoción o Goce, que son palabras verdaderamente encantadoras, pero solo son sonidos para mí, tan huecos y fugaces que escucharlas es perder el tiempo. ¡Pero Servidumbre! Debe de ser viable.
Charlotte Brontë. Jane Eyre
Modestos o no, los placeres pertenecen tan solo al que los siente, y un filósofo, con razón, podría reprocharle al hedonismo su fundamento egoísta. No obstante, a mi entender, el talón de Aquiles del hedonismo no es el egoísmo, sino su carácter (¡oh, ojalá me equivoque!) desesperadamente utópico: en efecto, dudo que el ideal hedonista pueda realizarse; temo que la vida que nos recomienda no sea compatible con la naturaleza humana.
Milan Kundera. La insoportable levedad del ser
La gente se vuelve adicta a sentirse ofendida todo el tiempo porque les provee un momento efímero de bienestar; creerse con derecho a todo y con una moral superior sienta bien. Como lo expuso el caricaturista político Tim Kreider, en su columna de opinión del New York Times: «El sentirse atropellado es como esas otras cosas que te hacen sentir bien, pero con el tiempo te devoran de adentro hacia fuera. Y es incluso más insidioso que muchos vicios, porque ni siquiera somos conscientes de que es un placer».
Mark Manson. El sutil arte de que (casi) todo te importe una mierda